Una mejor formación de los odontólogos en el ámbito de la prevención, así como una mayor concienciación y educación de la sociedad, incidiendo especialmente en el establecimiento de medidas básicas de higiene bucal y gingival desde la infancia, se consideran esenciales para minimizar el creciente problema que suponen las enfermedades bucodentales. 

Si un 80-85% de la población adulta en España tiene gingivitis, un 25-40% presenta periodontitis; un 43% tiene mucositis periimplantaria, y un 22%, periimplantitis. Quizá sea conveniente revisar el modelo asistencial y de promoción de la salud. Tal vez la solución pase por mejorar las estrategias y medidas preventivas, complementando el importante papel de los tratamientos. 

En un reciente Workshop Europeo de Periodoncia sobre prevención de las enfermedades periodontales y periimplantarias —celebrado en noviembre de 2014 y cuyas conclusiones fueron publicadas en el número de marzo de 2015 del Journal of Clinical Periodontology—, se subraya la evidencia reciente sobre los beneficios de la prevención, primaria y secundaria, de las patologías infecciosas de las encías o de los tejidos que rodean los implantes dentales, y se señalan también las tendencias más significativas de cara al futuro en términos de prevención. 

Ante el impacto clínico, social y económico de las patologías de las encías y los tejidos que rodean los implantes dentales, los expertos demandan una mayor implicación de las autoridades sanitarias y de los decisores de salud. «Hemos de educar a las autoridades sobre la eficacia de los tratamientos periodontales en la salud general y tienen que convencerse de las ventajas que supondría invertir en la prevención de las enfermedades bucodentales», exige el catedrático de Periodoncia Mariano Sanz. 

En esta misma línea, el presidente de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA), David Herrera, manifiesta «la necesidad de acabar con una situación anómala, como es la de tener excluida de la cartera de servicios de la sanidad pública la prevención y atención de los problemas periodontales, más aún cuando las consecuencias de estas patologías están demostrando que impactan negativamente en la salud general». 

Una mejor formación de los odontólogos en el ámbito de la prevención, así como una mayor concienciación y educación de la sociedad (incidiendo especialmente en el establecimiento de medidas básicas de higiene bucal y gingival desde la infancia), se consideran esenciales para minimizar el creciente problema que suponen las enfermedades de las encías. Y es que los expertos creen que la consulta dental puede y debe convertirse en un centro promotor de salud y de medidas preventivas. 

Mejor invertir en prevención . ¿Qué funciona y qué no ? 

En la prevención de las enfermedades periodontales y periimplantarias subsisten algunas controversias sobre qué consejos y medidas de higiene han demostrado realmente tener un efecto positivo y cuáles no. 

Evidencias en relación con la prevención de las patologías periodontale s y periimplantarias 

1. El cepillado de los dientes, ya sea mediante cepillo manual o cepillo eléctrico, es efectivo en la prevención de estas enfermedades, pudiendo resultar más eficiente este último por su mayor comodidad o facilidad de uso. 

2. La duración del cepillado es relevante y podría ser diferente en prevención primaria o secundaria. Hay que cepillarse los dientes al menos dos veces al día y durante un tiempo superior a los 60 segundos. 

3. La higiene interdental es necesaria, y el uso de cepillos interdentales tiene mejor aval científico que el uso de la seda dental (seguramente por la mayor dificultad en la utilización de esta última). 

4. El control químico de la placa bacteriana, con dentífricos o colutorios, ha demostrado efectividad con relevancia clínica; la mayoría de los estudios muestran resultados positivos. 

5. La eliminación profesional de la placa bacteriana es fundamental, pero no suficiente como única medida para prevenir la reaparición de problemas periodontales. En este sentido, la educación y el cambio de comportamientos son esenciales para una buena prevención. 

6. El uso de productos antiinflamatorios no ha demostrado todavía resultados relevantes.